Himno a los bomberos [Pedro Césari] 1888 (Sin audio)

marzo 30, 2023

La popularidad del género de los himnos fue algo propio de la música popular en Chile durante fines de siglo XIX y principios del XX [1]. Como ya hemos mencionado en notas anteriores, Pedro Césari, generó múltiples contribuciones para la exaltación del proyecto patriótico del periodo. También su dedicación a este tipo de creación musical se podría explicar por la masividad que tenía el repertorio, con lo cual facilitaba su objetivo de poder vivir de su trabajo artístico.

Una de las características que primó en la composición musical de himnos para la consolidación del proyecto de Estado-nación republicano, fue la exaltación de héroes patrios que tuvieron una participación relevante en contextos de guerra, por ejemplo, el caso del “Himno de Yungay” o “Canto a Prat”. Sin embargo, otro ámbito que fue fundamental para la constitución de un nuevo espacio público laico, ya no solo arraigado al calendario litúrgico, fue el reconocimiento de nuevas instituciones públicas como bomberos.

Los bomberos fundaron su primera compañía en 1851 precisamente en la ciudad de Valparaíso[2]. Sin embargo, las primeras noticias que tenemos de una composición musical propia de esta institución data de 1888. Aparentemente, fue un himno resultado de un encargo, como solía hacerse en el periodo, a Césari y al joven poeta nicaragüense Rubén Darío durante su paso por Valparaíso. Quienes se han dedicado a estudiar la vida y obra de Darío, señalan que sentía una profunda admiración por la figura del bombero voluntario, por lo cual no fue fortuito su trabajo en la lírica del himno.

Archivo Sesta Compagnia

Sobre la pieza musical, solo ha llegado hasta nosotros la crítica realizada por la prensa del periodo que la describen con:

“un toque de pistones que sirve de motivo de llamada a los bomberos. Es el toque del clarin que convoca a los héroes del fuego al cumplimiento de su abnegado deber. Sigue la parte propiamente armónica, con un motivo marcial de mucho efecto i concluye la primera parte con una descripcion musical imitativa, que es una sucesion de escalas en ascenso i descenso que parecen ser el remedo de aquellas por las cuales el bombero sube al fuego i a la gloria.

En el toque marcial a que nos hemos referido hai un episodio musical de mucha gracia i efecto. Es un allegro intrépido i vivo que parece remedar el carácter osado, i audaz del bombero que, despreciando el peligro, corre a él alentado i risueño, lo afronta i lo vence.

Sigue un trio en el cual descuella una melodía larga i apasionada que pinta en la letra los horrores del incencio. A la vez redoblan los toques de corneta que parecen indicar arrecia el peligro i se multiplican los esfuerzos en la titánica lucha.

Por fin se repite el gran toque primero que sirve de final” (CR200)

Si bien, hoy en día este es el único acercamiento que tenemos hacia a la dimensión sonora del himno, mejor suerte tuvo la letra creada por Darío publicada en el diario La época en julio de 1888 que adjuntamos a continuación:

HIMNO DE LOS BOMBEROS

¡Suena alarma, valiente bombero!

Va la bomba una hoguera a vencer.

Ponte el casco y camina ligero

donde vibra el clarín del deber.

— Vamos, vamos, con paso ligero,

donde vibra el clarín del deber.

¡Marchad!

¡Volad!

¡Fuerza, ardor y voluntad!

Oro y sangre semeja la llama

que voraz en el aire se eleva;

sopla el viento que aviva y renueva

del incendio el poder destructor.

Al hogar amenaza la ruina

y con eco de angustia infinita

sobre el ruido fatal se oye un grito

que demanda ¡socorro y favor!

Voluntarios, ¡corred hacha en mano!

Brilla el fuego furioso y devasta.

La humareda y el humo que aplasta

venceréis con constancia y valor.

Héroes bellos, rodeados de chispas

y de llamas terribles, vibrantes:

os saludan las bombas humeantes

con su fuerte y soberbio clamor.

¡Gloria a aquel que sucumbe en la lucha!

Valeroso, sublime, esforzado;

gloria a aquel que al deber consagrado

salva vidas, riquezas, hogar.

Bronces hay que sus cuerpos encarnen,

y el recuerdo del fiel compañero

en el alma viril del bombero

nunca, nunca se puede borrar.

RUBEN DARIO

(«La Epoca», Santiago, julio 6 de 1888)

 

Escrito por Estefanía Urqueta, Proyecto Memoria Musical de Valparaíso, Noviembre 2021.

Archivo Digital Pedro Césari


[1] González, Juan Pablo y Rolle, Claudio. 2005. Historia social de la música popular en Chile 1890-1950. Santiago de Chile: Ediciones Universidad Católica de Chile, p. 272

[2] Rodríguez, Horacio, Carvajal, Carlos y Rowlinson, Patricio. 2013. Valparaíso 1851. Valparaíso: Ediciones Universitarias de Valparaíso, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.

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