Tangos en el puerto (Dicap 1972)

febrero 8, 2018

Tangos en el puerto es el único disco de tangos que grabó DICAP –la Discoteca del Cantar Popular, perteneciente a las Juventudes Comunistas de Chile –y también el único registro sonoro del tango porteño de la época. El pianista Luis Saravia fue el único músico chileno, y oriundo de Valparaíso, que grabó en este disco. Los demás músicos corresponden a los argentinos: Mauricio Schulman (bandoneonista), Domingo Donnaruma (contrabajista) y Fabián Rey (cantante).

Luis Saravia en su casa de Viña del Mar. Febrero, 2007

Luis Saravia en su casa de Viña del Mar. Febrero, 2007

El disco se compone de los siguientes tangos:

Lado A:

  1. La última curda (Matos Rodriguez, Fabián Rey)
  2. Taquito militar (Marianito Mores)
  3. Balada para un loco (Astor Piazzolla, Horacio Ferrer)
  4. Cambalache (Enrique Santos Discépolo)
  5. La novia ausente (Enrique Cadícamo)
  6. La cumparsita (Matos Rodríguez)

Lado B

  1. Las cuarenta (Roberto Grela, Gorindo)
  2. Picasso (Astor Piazzolla)
  3. Se tiran conmigo (Angel Díaz)
  4. El ciruja (Ernesto de la Cruz, Alfredo Marino)
  5. Muchachita Buena (Elizardo Díaz)
  6. Mal de amores (Pedro Laurenz)
Tangos en el Puerto, Dicap 1972

Tangos en el Puerto, Dicap 1972

Nos llama la atención que el disco contenga cua­tro tangos instrumentales y ocho cantados, por la variedad de los tangos seleccionados. Esto sugiere varios puntos a considerar: En primer lugar, la importancia del tango en Valparaíso fue recogida por los encargados de DICAP, quienes trabajaron en pos de la recuperación y promoción de expresiones populares de la época, que al leer el texto posterior de la carátula del disco, hace sentido entenderlo como un indicio concreto de una práctica tanguera vigente en plena década del setenta:

“Y todo empezó por un amigo quien nos entusiasmó para que fuéramos a escuchar en un pequeño bar Le Petit Maisón un grupo de maestros chilenos y argentinos que formaban el conjunto de tangos de mayor calidad que existe en Chile. Allí conocimos a Mauricio Schulman, bandoneón, al negro Saravia, ¿lo recuerdan?, el famoso pianista de la orquesta Huambaly, Domingo Donnaruma, contrabajo, y Fabián Rey cantante, todos ellos nos enseñaron la difícil vida que llevan por largos años, sus grandes triunfos en la época de oro y su alegría de vivir en este hermoso y agitado puerto, Valparaíso, quien los acogió con gran cariño y donde existe un amplio desarrollo y gusto por el tango. Tangos en el Puerto es nuestro primer disco de este género y nos sentimos orgullosos y felices de poder dar a conocer a este gran conjunto, e incorporar a nuestro quehacer artístico, expresiones musicales muy propias del gusto popular.”

En segundo lugar, las orquestas típicas que se conformaron desde 1950 fue­ron progresivamente disminuyendo su número de integrantes al igual que las grandes agrupaciones que desde Argentina lle­gaban a Valparaíso. Esto implica que la ejecución de tan­gos en los distintos locales nocturnos y espacios de baile estaba en manos de tríos o cuartetos, como en el caso de la agrupación registrada en este disco de DICAP. Las orquestas más nume­rosas sólo se articulaban en función de escenarios que permitían solventar técnica y financieramente a varios músicos en escena, siendo Luis Saravia uno de los encargados claves de agru­par músicos. De manera similar se opera actualmente en el panorama cultural de Valparaíso, desde que la administración pública a través del municipio se hace cargo de las actividades culturales en torno al tango en la ciudad post-dictadura.

En tercer lugar, la variedad de tangos incluidos en este disco grabado, editado y dis­tribuido por DICAP, incluye dos obras de Astor Piazzolla: “Balada para un loco” y “Picasso”. La primera, es una obra aparecida en 1969 que alcanzó gran popularidad en los medios, marcando una nueva tendencia en las composiciones de Piazzolla de la época. Por ello, no resulta for­zado pensar que esta obra pudiera ser escuchada en Valparaíso a comienzos de la década de 1970. Pero, por el contrario, “Picasso”, es un tango que si bien fue escrito por Piazzolla en la década del cincuenta, muestras las divergencias con la tradición del tango agudizada en la década del sesenta. Si en Valparaíso el tango que ha predominado por cuestiones estéticas y de gusto popu­lar es el de la línea de D’Arienzo o Alfredo de Ángelis, la marca de Piazzolla es incipiente, con algunas apariciones en los años ochenta, pero sin gran repercusión en el ambiente tanguero de los años previos.

Los tangos restantes que conforman el disco, res­ponden a los repertorios que se han perpetuado entre los mú­sicos y bailarines de Valparaíso. La selección de las obras que difieren de esta lógica y que se incluyen en esta selección del disco, responden a una necesidad de los músicos de dejar registro de sus posibilidades interpretativas, y que no necesariamen­te responden al criterio del gusto popular en el que se inserta su trabajo musical. Es decir, este disco, como documento sono­ro histórico, puede dar la de un Valparaíso como escenario musical a la vanguardia de las corrientes estéticas del tango, cosa que no creemos tal, aunque de todas formas, es un aporte a los sonidos del tango en Valparaíso en los setenta.

El disco se puede escuchar AQUÍ

Esta reseña es un extracto editado del libro Tango Viajero: orquestas típicas en Valparaíso (1950-1973) escrito por Cristian Molina y Eileen Karmy (Mago Editores y Fondart Regional de Valparaíso): Santiago de Chile 2012. El libro se puede descargar AQUÍ